La movilidad urbana está conformada por todos aquellos recursos que brindan ó componen el entorno urbano para facilitar los desplazamientos de peatones, ciclistas, motociclistas, conductores y pasajeros de vehículos automotores, entre ellos: vialidades, infraestructura (señales viales, semáforos, puentes, pasos peatonales, entre muchas otras); Actualmente se habla de "ciudades inteligentes", que implica el uso de tecnologías para el control de los distintos desplazamientos urbanos, según el tipo de movilidad que se utilice (activa ó pasiva).
Por otro lado la violencia vial, se sitúa como una acción contraria a los valores concordantes de convivencia social, se cristaliza en el campo vial cuando realizamos un desplazamiento para trasladarnos a nuestra casa, escuela, trabajo ó cualquier otro lugar.
Para unir ambas variables, es necesario remitirnos a los sistemas de planeación local que surgen del proceso de descentralización federal en 1983 con la reforma del artículo 115 constitucional que dio responsabilidades sobre los servicios públicos a los Municipios del país, así como como los artículos 26 y 28 constitucional que generaron todo un sistema de planificación democrática.
Éste proceso apuntaba a un elemento clave en los municipios del país, llamada "densidad institucional" o "capacidad institucional" que en concreto se refiere al conjunto de actividades que se llevan a cabo a fin de dirigir a la sociedad, que implica la acción de los gobiernos, pero también de actores económicos y sociales.
Por lo que acotando dicha densidad institucional a los entornos urbanos y en particular de su infraestructura para que los actores viales (peatón, ciclistas, automotores) realicen la "movilidad urbana", podemos ver que las políticas públicas de los últimos 40 años en la materia tienen incidencia en las violencias que se desarrollan hoy en día en el campo vial, derivado de la desigualdad con la que cada actor se mueve.
Los autores clásicos y contemporáneos (Jacobs: 1961, Signorelli: 1991, Giglia: 2017 y Sadik-Khan: 2016), predicen la lucha por el espacio vial debido a que las políticas públicas son asimétricas para su convivencia, minando la cohesión social de quienes se movilizan por ejemplo a pie tierra, sobre aquellos que van detrás del volante.
Por lo anterior, desarrollaremos en nuestras siguientes publicaciones tres variables que mantienen la construcción y perpetuación de las violencias en la movilidad urbana; a) Los usos y luchas en el campo vial; b) La fragmentación legal y las prácticas normalizadas de los agentes viales y c) La seguridad vial.
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